Osborne tiene razón: Gran Bretaña corre el riesgo de perder la revolución cripto

Por Nigel Green

El ex Canciller del Reino Unido George Osborne tiene toda la razón al advertir que Gran Bretaña está perdiendo terreno en la carrera por regular y adoptar activos digitales, especialmente las stablecoins.

Mientras los centros financieros globales se mueven rápidamente para establecer reglas claras y competitivas para el futuro del dinero, el Reino Unido está atrapado en la demora y la indecisión.

Esta reticencia a actuar de manera decisiva está poniendo en peligro el estatus del país como líder global en finanzas — y podría dejar a la City irrelevante en la próxima ola de innovación financiera.

La comparación de Osborne con las reformas del Big Bang de la década de 1980 no es una exageración. Ese momento redefinió la posición de Londres en el mundo. Fue audaz. Fue rápido. Y funcionó. Estamos nuevamente en un momento decisivo. Las monedas digitales, los activos tokenizados, las finanzas descentralizadas — no son meras especulaciones.

Están convirtiéndose en centrales para cómo operan los mercados, cómo se mueve el capital y cómo se almacena y transfiere el valor a nivel global.

Gran Bretaña tiene los recursos para liderar. Tiene la infraestructura financiera, la profundidad de talento y la reputación internacional. Pero en este momento, no tiene la voluntad política ni la claridad regulatoria para igualar. El resultado es la parálisis. Y otras jurisdicciones están avanzando.

Los Estados Unidos ya han aprobado legislación para apoyar el uso generalizado de las stablecoins. La regulación de la UE sobre Mercados en Criptoactivos (MiCA) está activa. Singapur, Hong Kong y Abu Dabi han definido marcos estructurados. No son experimentales. Son entornos regulatorios completamente desarrollados respaldados por acción legislativa.

Osborne tiene razón al decir que culpar a los reguladores por su excesiva precaución ya no funciona. El verdadero problema es un fracaso en el liderazgo. Rachel Reeves dice que quiere que Gran Bretaña sea el mejor lugar del mundo para la innovación.

Sin embargo, existe una brecha entre esa retórica y lo que los inversores y las empresas están viendo realmente en el terreno. Promesas vagas y consultas retrasadas no atraerán capital. Crean incertidumbre y empujan a los tomadores de decisiones a establecerse en otros lugares.

Los aliados del Canciller dicen que se está avanzando. Destacan las asociaciones con Estados Unidos y señalan el sector fintech dominante del Reino Unido. Estos son puntos de partida útiles.

Pero no son un sustituto de reglas reales y vinculantes sobre activos digitales. Los mercados responden a la claridad legal. No se mueven solo por la intención.

Las stablecoins, en particular, deberían ser una prioridad. No son instrumentos de nicho; son una infraestructura fundamental para el futuro de los pagos y liquidaciones. En la actualidad, el Reino Unido carece de una presencia significativa en este ámbito. Las stablecoins basadas en la libra esterlina siguen siendo marginales. Los tokens vinculados al dólar representan la gran mayoría del volumen global. Esta es una vulnerabilidad.

El Banco de Inglaterra ha argumentado a favor de condiciones estrictas sobre los stablecoins emitidos en el Reino Unido, incluyendo un requisito de que estén totalmente respaldados por reservas mantenidas en el banco central que no generen intereses.

Este enfoque puede ser técnicamente cauteloso, pero elimina cualquier incentivo comercial para emitirlos en primer lugar. También deja a la libra esterlina sin un papel significativo en el segmento de finanzas digitales de más rápido crecimiento.

A su favor, el Banco está comenzando a revisar esta postura. El Comité de Política Financiera ahora está explorando opciones para que las stablecoins generen un retorno modesto sobre los activos de respaldo. Esto podría ayudar a que la emisión basada en el Reino Unido sea más viable.

Sin embargo, como señala Osborne, el progreso sigue siendo demasiado lento. Mientras tanto, el talento y el capital fluyen hacia jurisdicciones con reglas ya establecidas.

La mayor preocupación es que esta vacilación envía un mensaje. Gran Bretaña parece insegura. Parece resistente. Esa percepción importa, especialmente cuando el premio es el liderazgo global en un sector de rápido crecimiento.

Hay una ventana estrecha para arreglar esto. La consulta de otoño sobre las stablecoins es importante, pero debe llevar directamente a la legislación. No otro documento. No más discusión. Una ley. Los inversores, desarrolladores y empresas necesitan ver que el Reino Unido se lo toma en serio y que no serán penalizados por construir aquí.

Esto no se trata de promover la especulación no regulada. Se trata de crear un sistema basado en reglas que permita florecer la innovación responsable. Sin eso, el sector seguirá en el extranjero y Gran Bretaña perderá su oportunidad de dar forma al futuro de los mercados financieros.

Osborne ha puesto este tema sobre la mesa en los términos más claros hasta ahora. La comparación con la era de reforma de los años 80 es adecuada porque capta la urgencia.

El país no puede permitirse retrasar más esta conversación. Necesita acción, no admiración por el progreso de otros países.

Si Gran Bretaña quiere liderar, tiene que moverse ahora.

Biografía del autor

Nigel Green es el CEO y fundador de deVere Group.

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